En múltiples momentos de la vida sentimos que no avanzamos, que nuestros esfuerzos no dan frutos, que por más que lo intentamos parecemos patinar en un solo punto o peor aún retroceder en nuestro camino. Veamos una historia que trata sobre esos momento de la vida.

Si deseas escuchar esta historia usa el siguiente reproductor.

Historia sugerida por Darwin Bustamante de Colombia. Texto adaptado del publicado por el profesor colombiano Fernando Cepeda en su columna del periódico El Tiempo.

Se realizaba en una importante ciudad de los Estados Unidos una feria de productos colombianos de cuero. A dicha feria asistió un investigador de una firma de monitoreo de mercados, quién decidió entrevistar a los representantes de 200 almacenes que eran los distribuidores de los productos de cuero colombiano. Tras haberlos entrevistado llegó a una conclusión determinante, los precios de tales productos son altos y la calidad muy baja, por ello les cuesta competir en el mercado estadounidense.

El investigador se dirigió entonces a los fabricantes para preguntarles porqué los distribuidores de Estados Unidos pensaban que sus artículos eran de baja calidad y poco competitivos, y recibió esta respuesta:

— No. No, no, no. La culpa no es nuestra. La culpa es de las curtiembres, ese sitio donde convierten las pieles de animal es en cuero, allá tienen una tarifa arancelaria de protección del 15% para impedir la entrada de cueros argentinos, por eso a nosotros nos toca comprarle a ellos sus pieles y eso hace que sea de baja calidad.

Nuestro amigo el investigador no se quedó solo con esa respuesta y fue a conversar con los propietarios de las curtiembres y ellos contestaron lo siguiente:

— No, no. No es culpa nuestra. El problema radica en los mataderos porque sacan cueros de mala calidad. Claro, como para ellos la venta de carne les reporta mayores ganancias y con menor esfuerzo, entonces los cueros les importa muy poco, por eso vienen malos, por eso es de mala calidad.

Así que el investigador armado de toda su paciencia se fue a un matadero y allá le dijeron lo siguiente:

— No no no no. La culpa no es de nosotros, la culpa no es nuestra. El problema es que los ganaderos gastan muy poco en venenos contra las garrapatas y además marcan por todas partes a las vacas para evitar que se las roben, por ese motivo los cueros llegan en muy malas condiciones.

Finalmente el investigador decidió visitar a los ganaderos, ellos también dieron su opinión. Esta fue su opinión:

— No no no. No es culpa nuestra, la culpa es de esas estúpidas vacas que se restriegan contra los alambres de púas para aliviarse de las picaduras.

Una vez terminada entonces la investigación, nuestro amigo entregó por escrito su conclusión y éstas fueron sus conclusiones.
«Los productores colombianos de carteras de cuero no pueden competir en el mercado de Estados Unidos porque sus vacas son estúpidas. Punto».
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Una de las quejas más frecuentes que escuchó siempre que estoy reunido con equipos de trabajo es que nadie asume su responsabilidad. Siempre la culpa es de alguien más. Siempre a alguien más se le echa la culpa. Una de las principales características que tiene un líder es su capacidad de ser responsable, y entiéndase «responsable» como la capacidad de responder, responder por sus acciones y responder por sus decisiones.

Muchos de los que dirigen equipos son unos irresponsables y les faltan los pantalones para aceptar su responsabilidad cuando las cosas salen mal y tienen siempre a quien culpar por el mar resultado, ahh, pero sacan pecho y se quieren llevar todos los créditos cuando algo sale bien, incluso se llevan el reconocimiento por el extraordinario trabajo de alguno de los miembros de su equipo. Dime, ¿conoces a alguien así? ¿trabajas con alguien con esas características?

Todos los que estamos en posición de liderazgo debemos entender que el éxito el éxito es gracias al equipo, pero los desaciertos son nuestra entera responsabilidad. Dejemos de estar culpando a las vacas y asumamos nuestro papel de líderes. Dejemos de dar excusas y comencemos a dar resultados, y recuerda si la culpa es de la vaca, entonces tú no estás listo para dirigir personas.

 

 

Eso es todo por hoy se despide tu amigo Juan Carlos Cano.

Chao Chao

About Juan Carlos Cano

Juan Carlos Cano U. (1979) nació en Venezuela y ha tenido la fortuna de vivir en Venezuela, Colombia y Chile. Durante varios años fue docente de cientos de estudiantes de primaria, secundaria y de varias universidades de Colombia. Ha trabajado de la mano con miles de empresarios impartiendo temas de liderazgo, trabajo en equipo y finanzas personales. Su carrera como asesor de empresas y organizaciones la ha desarrollado en varios países de Latinoamérica. En el 2018 escribe su primer libro "Despertar Sin Deudas" que en solo una semana se posiciona en la lista de Bestseller de Amazon en Estados Unidos, España y México. En su ejercicio de más de 15 años como asesor de organizaciones y empresas en varios países ve con dolor como gran parte de las personas con quien interactua presentan serios problemas financieros, por ello decide escribir "Despertar Sin Deudas" y entregar al público en general una guía precisa y sencilla para salir del endeudamiento. Si tienes alguna pregunta para Juan Carlos puedes escribirle a director@despertarsindeudas.com

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